AGUA PROFUNDA
Tengo melancolía. Es silenciosa y tibia:
de claridad y hondura estoy herido.
Pienso en mi padre: es alto como el trigo,
fuerte como un David en la colina.
Pienso en mi madre: como un rosal es ella
(florece en mi corazón su rosalía);
cultiva flores y borda en su pañuelo
monogramas que tienen mi corazón asido.
En mis hermanas pienso. Así me digo:
bella rosa del alba, clara luz de este día,
susurradora estela, tránsito de mi vida:
todas en mi corazón están conmigo.
Mis hermanos son libres como el agua.
Van por la vida con su ardiente sino;
gustan palpar la tierra, oler la hierba,
y en vez del oro manejar el lirio.
Torno a mi infancia. Veo un campo abierto,
un alba en ciernes, un insinuado ritmo.
Vuelvo a mi infancia, siento un clima de oro;
todo un vivido mundo está conmigo.
Hacia adentro me miro: la belleza me duele,
que desde raíz a copa sufro y vivo.
Todo me toca en pleno, todo viene
a golpear en mi corazón: estoy herido.
Juvencio Valle