FINAL
Ningún sonido o signo se te impone.
Nada de lo que eres
te invita a ser tu voz.
En vano insiste.
Sólo
este silencio firme te acompaña.
Este silencio
más tuyo ahora que tu propia voz.
El invisible punto
ya ha llegado.
Ya solo en ti
final
la transparencia.
Jaime Siles