LA FELICIDAD
Sueño que al alma fatiga,
Luz que ante mí se derrama,
Voz que impaciente me llama,
Ansia que a vivir me obliga;
Felicidad que me hostiga,
Que en pos de mí siempre va,
Que a un mismo tiempo le da
Luz y sombra a mi deseo...
Yo en todas partes la veo,
Y en ninguna parte está.
Vagamente dibujada
La encuentra el alma indecisa
En el bien de una sonrisa,
En la luz de una mirada,
En toda dicha esperada,
En la que pasó importuna,
En la gloria, en la fortuna,
En lo cierto, en lo imposible...
En todas partes visible,
Y no se alcanza en ninguna.
Nube azul, blanca y ligera
Que los sentidos engaña,
Y tras de cada montaña
Parece que nos espera
En impetuosa carrera
El hombre a cogerla va;
Llega... se fue... síguela...
Piensa asirla a cada instante...
La nube siempre delante,
Pero siempre más allá.
Tras de la sombra mentida
Que finge tu afán profundo,
Buscándola por el mundo
Vas consumiendo la vida;
Sombra alcanzada o perdida,
En donde quiera que estés
Por todas partes la ves...
Mas ¡ay infeliz de ti!
Si llegas, ya no está allí;
Si la alcanzas, ya no es.
¡Felicidad! Sueño vano
De un bien que no está en la tierra,
Ansia que impaciente encierra
Triste el corazón humano;
Luz de misterioso arcano,
Vaga sombra celestial,
Mezcla de bien y de mal,
Tú eres en mi corazón
La eterna revelación
De mi espíritu inmortal.
José Selgas y Carrasco