LA LUZ Y LA SOMBRA
La tarde triste por la cumbre asciende,
Y el rojo manto de vapor desplega
Del alto monte a la tendida vega;
El aire mudo su inquietud suspende;
El cielo en vago resplandor se enciende,
Que hasta el confín del horizonte llega;
Se apaga el sol mientras la sombra ciega
Las negras alas por el valle tiende.
La luz exclama: —Con tenaz porfía
En pos me sigues; mas tu negro manto
Rasgará el fuego que en mis ojos arde,
Que soy la luz, la vida y la alegría.
—Yo soy la oscuridad, el luto, el llanto,
Dijo la sombra, y espiró la tarde.
José Selgas y Carrasco