¿PERO QUÉ DICE EL ANHELO?
Siguiendo el hilo tenue
del anhelo que enhebra
esto y aquello con sus variaciones,
el molusco y la justicia, el beso
con el borde del escarnio, la luz con la otra luz,
el anhelo que tira suavísimo
de lo que existe hacia lo otro, ese hilo
no se rompe, se pierde tantas veces
pero nunca se rompe: no sirve
para salir del laberinto,
sí para repartir la harina de las estrellas.
1999
Jorge Riechmann
Incluido en La estación vacía, publicado por http://www.catedramdelibes.com/.