A UN POETA MANCHEGO QUE SE RETIRÓ A SU PATRIA
Así siempre de pámpanos y flores,
árida Mancha la estación suave
cubra tu suelo y su verde acabe
cuando esparza de nuevo sus favores:
Ópima copia aliente los rigores
que sufre tu cultor, y menos grave
el ábrego cruel no menoscabe
la esperanza feliz de sus sudores:
Si es tanta la virtud que relirados
a ti tus Don Quijotes sin violencia
cobran el seso en nuestro mal perdido;
¡Oh! líbranos de versos endiablados.
Cleón vuelve a tu seno: su dolencia
cura; y dente los cielos lo que pido.
Juan Pablo Forner y Segarra