PEQUEÑEZ DE LAS GRANDEZAS HUMANAS
Salgo del Betis a la ondosa orilla
cuando traslada el sol su nácar puro
al polo opuesto, y en el cielo obscuro
la luna ya majestüosa brilla.
Entre la opaca luz su honor humilla
la soberbia Ciudad, y el roto muro
que al rigor de los siglos mal seguro
reliquia funeral ciñe a Sevilla.
Pierde en la sombra su grandeza ufana
la altiva población y sus despojos *
lúgubres se divisan y espantables.
Fía, Licino, en la grandeza humana,
contémplala en la noche de sus gozos, *
y los verás medrosos miserables.
Juan Pablo Forner y Segarra
* Los versos sueltos de los tercetos sugieren un error del copista. Cueto resuleve el primero de esta forma:
Pierde en las sombras su grandeza ufana;
la altiva población, y sus destrozos
lúgubres se divisan y espantables.
Considerando exclusivamente este manuscrito, quizás el error resida en gozos y no en despojos, puediendo quedar el segundo terceto así:
Fía, Licino, en la grandeza humana,
contémplala en la noche de sus ojos,
y los verás medrosos miserables.