EL SUSPIRO
Detente, suspiro,
No vueles en vano,
No hay pecho que humano
Morada te dé;
Detente, que miro
Burlar tu amargura,
Sonreir la perjura,
Que es sorda a tu fe.
No olvides que un día
Del alma saliste,
Que amor le pediste
Brindándole amor;
Y que ella más fría,
Más cruda que el hielo,
Burlaba tu anhelo
Con fiero rigor.
No olvides que fino
De nuevo a su pecho
Volviste deshecho
Pidiendo piedad,
Y allí tu destino
Miraste sin vida,
Sintiendo adormida
La negra impiedad...
Regresa, suspiro,
Y oculta tu llanto,
Que en él mi quebranto,
Mis penas se ven.
Regresa y espira
Contento en mi suerte;
Más quiero la muerte
Que frío desdén.
Montevideo, Diciembre de 1839
José Mármol