ESNUJAQUE
«…la palabra no es la cosa»
KRISHNAMURTI
a Emira y a Rafael José Muñoz
1
En el origen de las palabras
cuando se regresa al silencio viviente
a lo que Es
a lo que aún no despide imagen
están las cosas y los elementos
está la realidad
están los moldes universales del lenguaje
los primeros sonidos
los ruidos del mundo
la energía de la creación olvidada.
Sustancia y verbo
sepultados en la conciencia
como cacharros de una civilización solar
que aún subsiste en el silencio.
Entonces
no romper esta tersura con el grito
de un miedo ancestral y mágico
sino callar alumbrado por dentro.
No caer en el espejo de las palabras
ni cortar el tallo que lo sostiene
en el aire variable frente a nosotros.
Dejar que las cosas se reflejen en sus aguas
sin tratar de apresarlas
sin devorar con los ojos la propia imagen
sin ahogarse en ella.
Entonces
dejarse desenmarañarse desnombrarse
despertar limpio sin sueños
en libertad para nacer en el día que empieza
para ser nuevo cada vez.
2
Salir del encierro dentro de sí
del cuarto cerrado de los espejos
alumbrado por luz artificial
y ver las cosas que existen sin uno
que no necesitan de uno para ser
aunque seamos también el mundo.
Cosas en sí y en sus relaciones
de función con las demás:
olas vegetaciones ciudades objetos
cosas que la luz revela
y la sombra esconde o transforma
presencias más que cosa: el agua
que pasa sin dejar de ser agua
el mar y la montaña semejantes a sí mismos
gentes personas cuyos ojos nos miran
a quienes miramos pensándolos quizás
buscando nuestra propia imagen
y de ese modo cotidiano
aprender la realidad cada mañana
antes de hablar y nombrar
en una deslumbrante posibilidad de vida
y también de ser en la muerte que somos.
3
La realidad es ahí donde el silencio
propicia el nacimiento del lenguaje.
Porque antes que el oído están los ruidos
y antes que la vida lo creado
y antes que las palabras están las cosas.
Callar para poder mirar oír y hablar
en una lenta floración olvidada.
4
Pura presencia de las cosas
de los elementos
de la luz
de nosotros mismos
de los otros
ahora mismo y aquí donde estamos
sin ayer ni mañana
como chorro de vida
como grandes brotes de mundo
en un resplandor de espumas y arcoiris.
5
Empezar a aprender a ver a oír
a tocar entre espacios vacíos
empezar donde cesan los juegos de espejo
el juego de las palabras
y está la vida antes de ser nombrada:
explosión de luz y de conciencia.
Empezar con alegría de nuevo
entre el desgaste de las imágenes
la proliferación maligna de la escritura
los harapos del teatro y sus muñecos pintados.
Empezar como la primera vez
a mirar por vez primera cosas y elementos
a oír florecimientos o silencios
de lo que nace crece y muere
a tocar el mundo en el que nos hundimos
y a hablar desde la raíz de las palabras
desde el fondo de las cosas reales
que existen y no necesitan de nosotros.
Juan Liscano