CANCIÓN FÚNEBRE
Manes sacros, alzad de las tumbas,
Y atended a mi fúnebre canto,
Atendedle, y al férvido llanto
En que el rostro me siento inundar.
Y con faz menos triste y severa
Recibid mi cantar doloroso.
Recibid el ardor generoso
En que el pecho me siento inflamar.
¡Cuán soberbio el adusto tirano
La cadena execranda os mostrara!
¡Cuán terrible la espada brillara
Y el puñal del audaz opresor!
Y ¡cuán nobles alzarais la frente!
¡Cuán medroso temblara el tirano!
¡Cuál heridos por pérfida mano
Expirarais con gloria y honor!
¡Cuál corrió vuestra sangre vertida!
¡Cuál Iberia se alzara furiosa,
Y a la muerte, a la liza gloriosa
A sus hijos hiciera correr!
Libertad vuelve el eco en Pirene,
Libertad el Océano retumba,
Y se sume en la cóncava tumba
La falanje opresora cruel.
Y el tirano bramando se parte,
Y ya libre la Iberia se mira,
Y aura grata entre gloria respira,
Cuanda torna a cadena fatal.
Mas Quiroga se alzara valiente,
Y a la par el impávido Riego,
Que inflamado en patriótico fuego
Restauró la feliz libertad.
Y Velarde y Daoiz en el cielo
Al mirarlos se gozan dichosos,
Y con ojos de gloria radiosos
Nos inflaman en cívico ardor.
Ved cual baten las manos sangrientas,
Ved cual muestran las palmas de gloria,
Y celebran la hermosa victoria
Que el patriota feliz consiguió.
Ved que os muestran con mano serena
De la gloria el espléndido templo:
Imitad generosos su ejemplo,
Imitad su firmeza y valor.
Libertad, noble amor a la patria,
Odio eterno a la audaz tiranía,
Os inspire por siempre este día
Que a la Iberia cubriera de honor.
(1821)
José María Heredia