SÓCRATES
¡No, jueces, condenéis con ciega ira
De la augusta verdad al sabio amante!...
¡Cielo!... el vil Melito ya triunfante
La venganza logró por que suspira.
Sócrates firme con piedad le mira,
Él se demuda, y con igual semblante
Apurando el veneno devorante,
En brazos de Platón el sabio expira.
Presto remordimientos dolorosos
Atenas siente, y su crueldad gimiendo
Maldice, y sus fanáticos furores.
Temed, mortales, oprimir furiosos
A la virtud sagrada, persiguiendo
Al que osa combatir vuestros errores.
José María Heredia