¡TRISCA, VAQUERILLO!
¿Por qué llora el vaquerillo?
¿Por qué aquella cabrerilla
del sotillo
ya es amor de otro chiquillo?
¡No me causa maravilla!
¿Por qué tan osado eres,
siendo rapaz de once años,
que ya quieres
probar de tales quereres
que guardan tales engaños?
¿No te ha enseñado Natura
que toda flor que florece
prematura
si da fruto no madura,
porque en abril envejece?
¿Y no viven más dichosos
que tus toros reñidores
y celosos
los becerrillos nerviosos
libremente triscadores?
Pues trisca tú, vaquerillo,
y olvida a la cabrerilla
del sotillo
porque tú eres un chiquillo
y ella no es una chiquilla...
José María Gabriel y Galán