SEGURO
El poema da vueltas alrededor del cuarto.
Obtuso y persistente, dice.
Mira palabras, pero
no se deja mirar por ella. Así
no irá a ningún lado. ¿Qué lluvia
acostada en un perro encontrará?
Ninguna. Se
sentirá mas solo que un perro. El día
vendrá y él respirará aliviado
calentándose al sol. La
ciudad volverá a la locura
en un pecho más. Nadie
debe sufrir en septiembre, dice, y
la noche espera.
2002
Juan Gelman