GÉNESIS
Pensó el Eterno. Su insondable idea
Cruzó del éter el confín sereno,
Antorcha inmensa fulguró, y el trueno
Sonó en lo vacuo retumbando el «¡Sea!»
Estremecidos el cósmos centellea,
La vida bulle en su tremante seno,
Y la llama eternal de que está lleno
A la materia germinal caldea.
Con horrendo estertor, ronco, sombrío,
Se agita el caos en hervor creciente,
Y brillante vapor llena el vacío,
Y por él se dilata incandesente
Y condensado de la nada al frío,
En gotas-astros se tomó luciente.
Joaquín González Camargo