NIVEL DEL MAR
LA SALIDA
¡Salir por fin, salir
a glorias, a rocíos
(certera ya la espera,
ya fatales los ímpetus),
resbalar sobre el fresco
dorado del estío,
¡gracias!, hasta oponer
a las ondas el tino
gozoso de los músculos
súbitos del instinto,
lanzar, lanzar sin miedo
los lujos y los gritos
a través de la aurora
central de un paraíso,
ahogarse en plenitud
y renacer clarísimo
(¡rachas de espacios vírgenes,
acordes inauditos!),
feliz, veloz, astral,
ligero y sin amigo!
Jorge Guillén