NENE
Nada sabe.
Y toda su torpeza se convierte en un guante
Que acaricia,
Mientras por todo el cuerpo circula una sonrisa
Que alabanza
Su candor animal como celeste gracia.
¿Hay malicia
Cuando el instinto al vuelo con lo más dulce atina?
¡Qué mirada
La criatura asesta de súbito! Ya manda.
Jorge Guillén