LAS RISAS DE AYER
Risas peregrinas
del pasado ameno,
vienen a la sombra
del ficus sereno.
Bajo la rosada,
florida arboleda,
surgen repentinas
sus caras de seda.
En la luz obscura,
por pasos exiguos,
bajan dulcemente
sus ojos antiguos.
Los labios despuntan
con besos de hada
en las horas ciegas,
bajo la enramada.
Por los aires viejos
color de canela
vuelve cadenciosa
la linda rondela
De tarde se esfuman
por los campaniles,
las galanas risas
de tiempos sutiles.
José María Eguren