A LA RESURRECCIÓN
Himno de la Liturgia de las Horas
La bella flor que en el suelo
plantada se vio marchita
ya torna, ya resucita,
ya su olor trasciende el cielo.
De tierra estuvo cubierto,
pero no fructificó
del todo, hasta que quedó
en un árbol seco injerto.
Y, aunque a los vientos del suelo
se puso después marchita,
ya torna, ya resucita,
ya su olor trasciende el cielo.
Toda es de flores la fiesta,
flores de finos olores,
mas no se irá todo en flores,
que la flor y fruto es ésta.
Resucita en ella el suelo,
pues ella en él resucita,
que a su fragancia infinita
Sacará de rastro el cielo.
Juan de Salinas