LA CRIPTA DE MIS AMORES
Tengo en el fondo de mi cerebro
bajo la cripta de mis amores
una capilla donde celebro
la corta misa de mis dolores
¡pobre capilla de mis amores!
Lloro en silencio; con ese llanto
en que tus lágrimas están conmigo
como mis penas en ese encanto
vuelvo al pasado en ese llanto
¡Toda esa dicha que fue contigo!
Y todo muerto, todo pasado
como aquel cielo de amor clemente
como ese cielo que se ha velado
y sólo vive de ese pasado
¡la luz de dicha que hubo en tu frente!
En las más dulces tardes de otoño
surgen las rosas de tu sonrisa
y las violetas de tu alto moño
como esa dulce tarde de otoño
mi alma contigo se diviniza.
Graves, morían en tus pupilas
nuestras fatigas. En la callada
sombra morían las tardes lilas
y a la caricia de tus pupilas
mi amor de nuevo se desvelaba.
Y cuando en torno de ese miraje
que de ti tiene su último encanto
emprendo el diario y oscuro viaje
y mi alma vuelve de ese miraje,
pura de haberte querido tanto.
Dejo en la cripta de mis amores triste
santuario que será tu olvido
todo el recuerdo de lo que ha sido
la corta historia de mis dolores
¡pobre capilla de mis amores!
Horacio Quiroga