De oliva, y verde yedra coronado,
cuando el rayo del sol es más caliente,
vueltos los ojos a una clara fuente,
y al pie de un alto pino recostado:
sin acuerdo de sí ni del ganado,
que de pacer dejaba al son que siente,
así soltó la voz suavemente
de amores un pastor apasionado:
«Las ondas cesarán del mar profundo,
por altas cumbres subirán los ríos,
sin hoja verde nos vendrá el Verano
y oscuro hará el sol antes el mundo
que aunque refuerce Amor los males míos,
a Silvia deje de adorar Silvano».
Hernando de Acuña