¡Oh polvo, angustia esparcida!
¡Oh polvo, angustia esparcida!
¡Llanto que en mis huesos llevo!
Pensando en ti, ya me atrevo
a no sentirme en la vida.
Me estoy soñando perdida
en tus hambrientas arenas;
mientras mi carne condenas
y consumes mi figura,
ya somos lo que perdura:
la materia sin cadenas.
Guadalupe Amor