CÍRCULO DE ANGUSTIA
XV
Estos pies que, por tanto caminar,
se han herido sin dar con el sendero,
y estas manos cansadas de implorar
al cielo que les muestre lo certero,
y mis ojos que, secos de llorar,
no han hallado el camino verdadero,
se reúnen un día a conversar
y los sangrientos pies hablan primero:
–Venimos fatigados, de muy lejos,
ya todos los caminos recorrimos;
de la verdad no hallamos ni reflejos;
sólo heridas y lodo recogimos;
estamos extenuados y deshechos.
Y las manos alegan sus derechos:
–Qué diremos nosotras que, ambiciosas,
creímos alcanzar el cielo orando,
y después, más paganas que piadosas,
a la sombra nos fuimos entregando...?
¡Más solo retuvimos amargura!
Y los ojos expresan su tortura:
–Del mirar conocemos el martirio
en la luz y en la sombra hemos cegado,
y, cerrados o abiertos, el delirio
de ver lo que no existe hemos pasado.
¡Sólo somos pupilas de tormento!
Guadalupe Amor