LA INTERROGACIÓN
La gran interrogación,
el horizonte ascendente
aquel reloj persistente
y mi roto corazón
de mi pulso, el diapasón
y mi fortuna inclemente;
los portentos de mi mente
y la bestial religión
Siempre una luz que ilumina
aunque sea de parafina,
Siempre una duda abismal,
la interrogación fatal
Pero en el cielo la estrella
reluce, brillante y bella.
Guadalupe Amor