Ese Cristo tan negro y vengativo
Ese Cristo tan negro y vengativo
al que debo una deuda prometida,
permanece agónico y con vida
esperando mi tardo donativo
Ese Cristo de sangre fugitivo
prolonga su agonía desmedida
y su sangre está ya comprometida
con su cuerpo sangriento y abatido
Ese Cristo de noche a mí me sigue
y me cobra y me reta y me persigue
y su mirada eterna de agonía
a la luz de mis ojos desafía
Cubierto con un tápalo morado
es testigo de mi íntimo pecado.
Guadalupe Amor