JUGANDO A LOS ESDRÚJULOS
Jugando a los esdrújulos, no fui alcohólico
ni lúbrico, ni drogonicotínico,
todo lo más fui lectúrico
y por lo visto bórgico
hasta el amanecer, un lectúrico
sistemático y a la vez
caótico. Todo claro:
un mísero
músico de once líneas; ni
órfico, ni
eso otro telúrico.
Gonzalo Rojas