ZUNG-GUÓ
Lo liviano en Pekín son las bicicletas, esos millones
de alambre inmóvil tan veloz como la Tierra, sin un quejido
en su rotación, quimeras
exactas de la sabiduría más remota cuyo mito
es la risa fresca por cruel
que haya sido el infortunio. ¡Esquemas!
dirá usted que ya
se lo habrá leído todo como Mallarmé. De
acuerdo, hay otros
ideogramas oscuros como por ejemplo ese pez
de Pan-pó inscrito en
los vestigios polvorientos de Si-án que aún sangra ,
cuya
resurrección no
se ha cumplido.
Gonzalo Rojas