DE LA LIVIANDAD
Volviendo sobre una línea de Cortázar, las mujeres
cómo recaen. Man Ray
hizo la foto: lomo largo
con todas las vértebras preciosas a la vista y ella cayendo
flexible en el encantamiento, flaca
la pelirroja, lista
para la otra pasarela del placer, los tirantes
por allá, las medias disparadas, y algo más lejos
en la otra punta de la alfombra los dos
zapatos altísimos sin nadie muertos de amor, tristísimos
y viudísimos de ella pidiéndole frenéticos que no,
que su cuerpo blanco no, que no se entregue
a la usurpación, que vuelva
como en el tango, que
no. —Cierren
finas las cortinas.
Gonzalo Rojas