NACIMIENTO DEL POEMA
Va a nacer el poema en este instante.
Cuando se rompa un círculo y mis dedos
se vuelvan panorámicos y suden.
Cuando el gas encendido de la estufa
dibuje en la cocina un sol extraño,
y el salmón y las ostras modifiquen
la imagen vegetal de la lechuga.
Cuando pliegue los ojos y unas lágrimas
latentes se desprendan de mis párpados.
Cuando el mar se retire de mi alcoba
y alcance a ver las lúnulas del fondo,
tú, que observas el suave movimiento
de mis manos confusas y agitadas
al trazar la semblanza del análisis,
elúdete fugaz por esa cripta
de cisco azul y ruiseñores verdes,
que a un locutorio de agua te conduce.
Va a sentirse un estruendo, un estallido,
una luz de potencia sobrehumana,
la furia de un enorme juramento,
cuando escriba al declive de un instante
la sílaba final de este preludio.
El poema es así: nace terrible
cuando escindida la palabra muere.
Germán Pardo García