SIEMPRE CON ELLOS
Me place confundirme con las masas
de los pobres, sentarme a sus manteles,
¡si es que los hay!, y saborear sus mieles,
¡si mieles son!, y consolar sus casas.
¡Y me gusta inclinarme ante sus brasas,
hasta el calor de sus raídas pieles,
y arrodillarme al pie de sus canceles
o ante el ayuno de sus mesas rasas!
¡Y allí, en esos altares de la nada,
desprovisto de orgullo y del sombrero,
trunco la sien, la dejo abandonada
sobre el cisco del cálido brasero,
porque así con la frente prosternada
soy un hombre tal vez más verdadero!
Germán Pardo García