ÚLTIMO VUELO
¡Me podría elevar como esa vara
que el dulce viento del otoño engríe!
¡Tender el vuelo y que mi ser confíe
en la levitación con que flotara!
¡Tal vez no me hundiría si pisara
sobre la espuma que la luz deslíe,
y aguardo ya la brisa que me envíe
la Noche Eterna, y que hasta mí llegara
y le divinizara los sentidos
tan naturalizados, al que espera
volverse nube y escuchar los nidos
desde una profundísima ladera,
donde no pueden conturbar los ruidos
la maravilla de la Primavera!
Germán Pardo García