SIERRA DE GREDOS
Un día, en la llanura castellana,
os lo voy a contar: en ese día...
Pero ¡labios, callad porque podría
tornar a padecer pena inhumana!
Mas lo voy a contar. Nada se gana
con querer ocultar una agonía.
Escuchadme: la tarde parecía
¡ay, no se qué, tan honda y tan lejana!
De pronto, ¡mas, callad, impulsos míos!
¡Labios, quedad inmóviles y fríos!
¡Partid el lápiz, escritores dedos!
Y oídme esto tan solo: fue a la orilla
de un camino, llanuras de Castilla,
y a la distancia el peñascal de Gredos.
Germán Pardo García