CASTA DE TOROS
Ese abuelo fue un toro. Carnadura
de toro al pecho y a la espalda fuerte.
Olía a toro engendrador que vierte
testicular almizcle en la llanura.
¡Cómo no pude un día, en la aventura
de tus valles agrarios conocerte;
medir tu alcance sagital y verte
sembrado al sol en su cabalgadura!
Pero te vi en mi padre que tenía
tu misma fuerza y que de pronto erguía
su soledad de búfalo encastado.
Y algo habrá en mi aridez de tu rudeza,
porque al sentir un golpe en la maleza
cimbra también mi corazón torado.
Germán Pardo García