ÁNGELES EN LAS CRUCES
Mi cuerpo tuvo creces alojadas.
Sobres los hombros cruces musculosas.
En la osificación creces nerviosas.
Entre los ojos cruces enterradas.
Pero mi brazo talador, hachadas
lanzó contra las cruces dolorosas,
y las duras maderas en sus fosas
quedaron desde el fondo destroncadas.
Y arcángeles vinieron a mis brazos
a llevarse los húmedos pedazos
de esas cruces de sal y de suspiro.
Y al levantar la sien antes esclava,
allá donde la noche se desclava
vi un desplome de cruces de zafiro.
Germán Pardo García