AL ÁNGEL NUCLEAR
Resplandece de hidrógeno y su llama
lo inviste y jerarquiza y lo carbura.
En el centro brutal de la estatura,
motorizado el corazón le brama.
¡Quiero morir!, atormentado exclama.
¡El fuego me enceguese y me tortura!
¡Oh lívida mecánica, oh pavura
que en átomos su cólera derrama!
Quiere morir, pero incombusto vuela.
Y al arrastrar la propulsora estela,
encumbra al sol su enfurecido ruego.
Y cuando el astro nuclear lo incauta,
los ojos del terrible selenauta
se transforman en bólidos de fuego.
Germán Pardo García