LA VIRGEN DE LOS BOSQUES
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Los ángeles de vidrio que he formado
con glándulas de nieve y lentejuelas,
llenarónte el espíritu de estelas
de un verde girasol casi dorado.
Verde de olivas, verde saturado
de azul verdecedor. Verde que vuelas
en alas de quetzales y revelas
que un hombre es corazón maderizado.
Por eso un día te llamé llanura;
fronda aromante, cerrazón oscura,
verde hasta la raíz que está enterrada.
Verde mujer de pastos y de olivas:
donde quiera que estés, en donde vivas,
juvenéceme ya con la mirada.
Germán Pardo García