FÁBULA DE LA ALONDRA
Si batalla en mis dedos imprecisa
la música del cántico y padece,
silbo cual una alondra y aparece
la verdadera alondra entre la brisa.
Alójase en mis hombros y sumisa
preludia los acentos, estremece
la fábula lingual y la arborece
y en sus columpios ágiles irisa.
Y acuden más alondras y te llenas
¡oh espíritu fluvial!, de aires y plumas
doradas y partículas de arenas
y asombros que sacaron de las brumas,
y mis claves de sol cantan serenas
volviéndose de pájaros y espumas.
Germán Pardo García