ZENZONTLES EN MI VIDA
Venid zenzontles de la selva oscura.
Después de padecer ya soy humano.
Vuestra alegría encontrará en mi mano
los lienzos que engrandece la ternura.
Os brindo de mi harina la blancura.
Comed la hogaza de mi pan liviano.
Comed de mí, pues como el dulce grano
mi alma también sorpréndese madura.
Bebed de mi silencio en que una estrella
fascina labios y con luz los sella,
para acendrar las súplicas que os digo:
volad, venid, embelleced sitiales
y lámparas y líquidos umbrales,
y turpialad y entibieced conmigo.
Germán Pardo García