SANGRE DE VIDA
En este cáliz campesino vierto
sangre de tunas, jugo de manzanas
y dátiles y almendra de avellanas
y nieves del purísimo desierto.
A toda brisa y claridad abierto,
acumulo sobre él sombras cercanas;
le humillo esclavitudes inhumanas,
amándolo y soñándole despierto.
Y ahí me estoy como si fuera un ara
de exaltación, con la adorante cara
sobre polvo de estrellas abatida
y orándole de hinojos: ioh Dulzura!
¡Oh Sangre Espiritual de la Hermosura!
¡Oh Líquidos Solemnes de la Vida!
Germán Pardo García