DESPOJOS DE GRANDEZA
Toda una vida de vigor, y nada
pude crear. Tal vez algunos trazos
de púgiles gigantes que en los brazos
sostuvieron divina llamarada.
¿Qué pronto la grandeza imaginada
fue en mis sienes matándose a golpazos?
¡Allá una cima, un rostro y los pedazos
de otra grandeza al polvo condenada!
¡Apresúrate, espíritu iracundo,
a ordenar con despojos lo que pueda
restarle de magnífico a mi mundo,
antes que mi delirio retroceda?
¡Arde veloz, porque un sólo segundo
de poderosa eternidad me queda!
Germán Pardo García