PALABRAS A LA TIERRA
5. INVOCACIÓN A LA TIERRA
La paz sea contigo hasta en las guerras
con que la sombra surcos empurpura,
y en cada cosa que por ti perdura,
nos des la luz espiritual que encierras.
Por los quemados riscos y las tierras
labrantías, la voz de la amargura
se disperse, como aire sin ventura
que un día aciago devoró las sierras.
Y la sangre infinita que te damos
por el dolor celeste de la herida,
abierta como un cárdeno recinto,
después de ungir tus luminosos ramos,
tú nos la vuelvas, transformada en vida,
en el temblor ligero del jacinto.
Germán Pardo García