SONETO
Voy tras la muerte sorda paso a paso,
siguiéndola por campo, valle y sierra,
y al bien ansí el camino se me cierra,
que no hay por donde guíe un solo paso.
Pensando el mal que de contino paso,
una navaja aguda, y cruda sierra
de modo el corazón me parte y sierra,
que de la vida dudo en este paso.
La Diosa, cuyo ser contino rueda,
y Amor que ora consuela, ora fatiga,
son contra mí, y aun yo mismo me daño.
Fortuna en no mudar su varia rueda,
y Amor y yo, cresciendo mi fatiga,
sin darme tiempo a lamentar mi daño.
Gaspar Gil Polo