TRADUCCIÓN DE VÍCTOR HUGO
¡Oh! no insultéis a la mujer que cae,
No sabemos que peso la agobió;
Y no sabemos cuánto tiempo el hambre
Hiciera en vano vacilar su honor.
¿Quién no ha visto mujeres extenuadas
Asirse largo tiempo a la virtud,
Y el viento resistir de la desgracia
Y moribundas combatir aún,
Cual la gota de agua que en la punta
De una hoja hace el viento estremecer;
Y el árbol la sacude, y tiembla, y lucha,
Perla antes de caer, fango después?
Empero puede su esplendor primero
Esa gota brillante recobrar;
Puede salir dejando polvo seco,
Que el agua pura en ese fango está.
Dejad amar a la mujer caída,
Dejad al fango que le dé calor,
Porque todo en el mundo resucita
Con los rayos de amor o los del sol.
1867
Gregorio Gutiérrez González