SUPER FLUMINA BABYLONIS
Junto al río que baña Babilonia1
Nos sentamos cautivos en un día,2
Y nuestro llanto sin cesar corría3
Lamentando la ausencia de Sion.
Cada cual en los sauces de la orilla
Triste colgaba el músico instrumento,
Cuyas cuerdas heridas por el viento
Recordaban los cantos del Señor.
Los mismos que cautivos nos llevaron
Y a la fuerza cautivos nos tenían,4
Sin mirar nuestro llanto nos pedían
De nuestra patria amada una canción.5
Pero ¿cómo cantar aprisionados
Los cantos del Señor en tierra ajena?...
¿Cómo elevar, con tan amarga pena
Los himnos de otro tiempo a nuestro Dios?
¡Jerusalén, Jemsalén querida!
Que se seque mi mano en el momento
Que pretenda pulsar nn instrumento
Entre un pueblo enemigo de tu ley!
¡Que apague para mi su luz el día,
Que se pegue la lengua a mi garganta,
Si en tierra extraña tos canciones canta
Olvidado de ti, Jemsalén!
Acuérdate, Señor, del día horrible
Postrero de Sion; oye ese acento:
«¡Arrasadla, arrasadla hasta el cimiento!»
Gritan los hijos bárbaros de Edom.
¡Hija infeliz, ciudad de Babilonia!
Tal ruina te espera y tal estrago.
¡Dichoso aquél que pueda darte el pago
De lo que haces con nosotros hoy!
¡Oh! ¡bienaventurado aquél que pueda
Mirar tu destrucción, ciudad maldita,
Y en tus escombros con tu sangre escrita
La historia de tus crímenes leer!
¡Aquél que vea los llorosos niños
Del regazo materno arrebatados
Y en las piedras dispersas estrellados
De la que un tiempo tu muralla fue!
1866
Gregorio Gutiérrez González
1 Versión: En Babilonia, a orillas de su río,
2 Versión: Un día, en caativeño, nos sentamos,
3 Versión: Y nuestra suerte misera lloramos
4 Versión: Y cautivos por fuerza nos tenían,
5 Versión: De nuestra amada patria una canción.