LA PINGÜINA EN GRANADA
La pingüina Marcelina
pasa calor en la piscina.
En el Polo nació un día,
ahora vive en Andalucía.
¡Ay qué calor, qué calor!
(Que la trajo un cazador).
¡Ay qué calor, qué calor!
La pingüina Marcelina
va al puesto de los helados
y se compró los de fresa
y todos los mantecados.
Compró hielo, mucho hielo
y lo metió en una cuba.
La pingüina Marcelina
en la cuba se metió
y pidió lloriqueando
al dueño de un camión:
—Llévame a los montes altos,
ande, señor, por favor,
que en la piscina me muero
de calor.
El camión lentamente
va subiendo la montaña,
más bella de toda España.
—Pare, señor, que esto es nieve,
ya no sudo, pare ya,
esto parece mi pueblo,
que Dios se lo pagará.
La pingüina
Marcelina,
feliz en Sierra Nevada,
desde entonces hay pingüinos
en Granada.
Gloria Fuertes