OFTALMÓLOGO
Veía borroso el poema.
El médico de ojos
me mandó una medicina «lágrimas artificiales».
El médico me dijo: «Que tengo que llorar más».
Dos gotas por la noche
y dos gotas al despertar.
Yo le dije:
—Doctor, por la mañana
al leer el periódico lloro
y por la noche
si no está mi amor conmigo
a chorros lloro.
El oftalmólogo insistió con las gotas
y en que tengo que llorar más.
Gloria Fuertes