DESTRISTEANDO A LA GENTE
Resulta que la angustia,
el aburrimiento,
la mala leche y la tristeza
se contagian tanto como la lepra.
Y en vista
de que llevo más de medio siglo
destristeando a este hospital de locos
que andan sueltos,
con fecha de hoy he solicitado el cese,
—por prescripción facultativa—,
al aparecer en mí
ciertos síntomas de contagio.
Gloria Fuertes