LA GATA Y LA RATA
La gata encontró,
debajo del sofá,
una ratonera.
La gata dijo,
de esta manera:
—¡Qué insulto!
¡Quién lo creyera!
Han comprado ratonera,
como si yo no valiera...
Se comió el queso la gata
metió la pata la rata,
la gata le curó el rabo —compasiva—,
y se hicieron muy amigas.
Al poco rato la rata,
convenció a la dulce gata
para irse las dos al campo
y no dar la lata en casa.
Éramos de cáñamo dos cuerdas,
al mirarnos hicimos una trenza.
Ya no somos dos cuerdas,
ahora somos una loca.
Gloria Fuertes