YA LA TARDE SE PASA
Ya la tarde se pasa como un huevo dormido.
Ya la célebre mosca corretea indecisa,
no la sienta el invierno y se da con las cosas.
¡Qué alegría produce cuando muere la mosca!
El viento canta nanas en los cables tendidos,
en la acacia sin hojas y en los postes helados,
la luna poco a poco va quedándose muerta,
su color, como el de todos los muertos, es blanco.
El tranvía da gritos —lleva doble de carga—;
en la esquina hay un hombre que se va hacia los lados,
dos perros amorosos,
el verdulero tira naranjas con gusanos;
mi ventana es un cine. ¡Hay que ver lo que veo!
Ya vuelvo a estas a oscuras, el día se evapora,
me duele la cabeza por debajo del pelo,
debo estar hecha polvo. Mi médico es un cafre,
¡cree que voy mejorando por recetarme huevos!
Gloria Fuertes