GUSANO
Era un gusano
muy sano
—nunca tosía—.
Era un gusano muy sano
—solo tejía—.
Sano y enano
el gusanito era
—sólo comía
hojas de morera—.
El gusanito
no quería ser lo que era,
lloraba y lloraba
lágrimas de seda.
Se escondió en su capullo
para que nadie lo viera
—llorar—.
El gusanito no quería ser gusano,
quería ser otra cosa.
Su deseo fue realizado,
se convirtió en mariposa.
(Cuando se desea mucho una cosa,
se consigue la cosa hermosa).
Gloria Fuertes