AL PRÍNCIPE DE ASCOLI
Ya paresce, pastor, que vas gustando
de los valles de acá, de estas verduras;
ya la manada veo de tus tristuras
irse por estos prados alargando.
Ya amor te espera al paso, y tú llorando
estás hora pasadas desventuras,
y no miras que están mil hermosuras
el son de tu zampoña deseando.
Despierta, pues, pastor, de aquel pesado
sueño que te ha tenido en pena fiera;
deja un poco olvidar la antigua llaga.
Cura con nuevo ardor viejo cuidado;
mira la ninfa bárbara que espera
que a su beldad tu lira inmortal haga.
Gutierre de Cetina